Solar Corona: espacio comunitario en solar vacío
En el año 2011, gracias a Arquitecturas Colectivas y con el nombre en Valencia de Comboi a la Fresca, una serie de colectivos propusieron organizar un encuentro en la ciudad, eligiendo como lugar el Solar Corona, en el barrio del Carme (Ciutat Vella). Para su desarrollo, se obtuvo la cesión temporal del Ayuntamiento y del propietario de la parcela.
Muchas de las asociaciones que posibilitaron la apertura y la gestión del espacio del Solar Corona participaron previamente en el concurso «Imagina Velluters». A pesar de que el encuentro se realizara por toda la ciudad, incluso en los barrios más periféricos, era en este terreno vacío donde se colocaba una carpa y se realizaban debates, comidas, etc. Este era el centro neurálgico. Los debates que se generaban contaban con la participación de ciudadanos, profesionales y agentes sociales de diversos ámbitos, basados en ideas relacionadas con las artes y la arquitectura para considerar y debatir la creación y gestión del entorno urbano.



«La arquitectura y el urbanismo enfocados de otro modo: pensar la ciudad en positivo y desde lo activo, como una construcción participativa del entorno.» dijo Pablo Martínez Muñiz acerca del solar.




Tras la finalización de Comboi a la Fresca en julio de 2011, se organizó una reunión en octubre de ese mismo año entre diferentes colectivos (Crearqció, Espai MGR, LAminúscula, Makea Tu Vida…) y vecinos del barrio, donde se decidió continuar desarrollando el proyecto Solar Corona con la intención de convertirlo en un espacio de programación sociocultural y de uso grupal; presentándose como un aula al aire libre para el autoaprendizaje y los talleres de agricultura urbana o pintura mural. Este tipo de espacios fomentan la dinámica laboral, el autoempleo y el impulso de proyectos de todo tipo.
El terreno vacío ofrecía una programación regular a los asistentes de la asamblea. Se convirtió en un lugar de encuentro habitual para los vecinos del barrio gracias a su participación activa y a la recuperación de un espacio que llevaba muchos años vacante y en decadencia.
Los propios usuarios definen este como la creación de un espacio donde todo el mundo puede programar actividades de grupo, desde una asociación vecinal local hasta un grupo externo. Se construye un equipo humano que está conectado por una red de hechos y conversaciones.
Un espacio comunitario autoorganizado y sostenible basado en las necesidades y deseos de los usuarios vecinos.


La superficie, de 600 metros cuadrados, consta de unos restos arqueológicos del siglo XVIII pertenecientes al antiguo «Arrabal dels Tints», nombre que revela la presencia de talleres de tintoreros y peleteros que usaban la acequia de Rovella como suministradora de agua para sus trabajos, coincidente con el trazado de la calle Corona. Esta acequia regaba los huertos intramuros de la parte noroeste de la zona histórica. El largo período de abandono de la ruina hizo aflorar una cantidad de vegetación que generó «el jardín de las ruinas».


Tras casi siete años de disfrute del Solar Corona, el domingo 22 de abril de 2018 fue su despedida como lugar de relación y aprendizaje del barrio. El propietario del terreno vacío en la calle Corona 16 comunicó a la Asamblea del terreno vacío que daba por finalizada la cesión del espacio público debido a su próxima venta. En menos de un mes pasaría a ser ocupado por unas obras que crearían viviendas y una plaza de menos de 400 metros cuadrados.
Bibliografía
Torres, Adrián. 2014. «El Solar Corona, Un Espacio Urbano Participativo». Espores. 21 de junio de 2014. → Ver