Propuesta de intervención en Velluters

Una vez establecidas las premisas cuestionadas en la introducción de mi Trabajo Fin de Grado y desarrollada toda la toma de datos e investigación sobre los huertos urbanos y el barrio de Velluters, llegamos la tres puntos clave:

En primer lugar, la agricultura urbana se presenta cada vez más como una realidad para muchas personas. La práctica intensiva en pequeñas parcelas responde con un rendimiento alto y de manera inmediata a la necesidad de alimentos, fomenta la relación vecinal, el ahorro económico y ayuda a combatir el cambio climático. Las personas que frecuentan estos lugares originan un punto de encuentro donde se genera identidad local y comunidad alrededor de espacios verdes y propuestas concebidas por ellos. El huerto urbano funciona como herramienta para:
– fomentar el tejido asociativo de barrio,
– propiciar la inclusión de personas en riesgo de exclusión social,
– llevar a cabo actividades terapéuticas,
– ser nexo conector entre niños y naturaleza,
– generar espacios verdes y de producción en medio de la ciudad, y
– utilizar permanente o temporalmente de vacíos.

Estamos hablando de un elemento potente en muchos ámbitos.

En segundo lugar, la ciudad de Valencia creció hacia la huerta valenciana hasta quitarle la esta metros cuadrados de cultivo y historia. Los vecinos valencianos fueron conscientes de esta situación que pone en riesgo su patrimonio y comenzaron a responder contra este fenómeno generando asociaciones que defienden la huerta (Per l’Horta) y ocupando vacíos de sus barrios con huertos, siempre bajo el lema “L’Horta eres venida”.

En tercero lugar, la Ciutat Vieja de Valencia, y en este caso el barrio de Velluters, consta de innumerables vacíos urbanos que dibujan un barrio descuidado y, dependiendo de la zona, inseguro. A esto le acompaña la falta de espacios verdes, lugares de relación y espacios seguros y aptos para que puedan jugar los niños del barrio o charlar a la sombra los vecinos más mayores de este barrio sedero. A su vez, vemos que Velluters es un barrio activo donde los vecinos responden y buscan soluciones para suya mejor (“Recuperem el barri, Reviscolem el Princesa”, “Imagina Velluters” o “l’Hort de la Botja”).

Tras el análisis de esta información, me pregunto cómo se podría a través de la arquitectura y el urbanismo, instrumentalizar una propuesta viable e ilusionante para los vecinos de Velluters, que nos permitiera mejorar el espacio que habitan hacia modelos más participativos, inclusivos y saludables. Me inspiro para esta propuesta en tres actuaciones llevadas a cabo con éxito contrastado y que apoyan y fundamentan mi iniciativa.

Living within a Market: Plateau Central Masterplan and Housing at Clinchu-Montrfermeil, Metropolis of Paris es la respuesta dada por Benedetta Tagliabue al lema “How will we live together?” de la XVII Bienal de Arquitectura de Venecia. Se traduce en un conjunto de viviendas colectivas y en un comprado, lo cual origina un espacio comunitario que funciona comao una herramienta de integración social donde aflora la convivencia y la sensación de formar parte de una comunidad. Un espacio seguro que da lugar la una participación activa de los vecinos.

 Vivir dentro de un mercado: el espacio exterior también puede formar parte de tu hogar.

Esta manera de convertir el espacio público en un lugar potenciador de la cohesión, interacción social y vida urbana a través de un comprado, recuerda al caso de Todmorden, la villa-huerta británica donde se cosecha en los espacios públicos.

Esto no es un Solar, por el estudio zaragozano Grávalos di Monte, que tras un estudio urbano, social-económico, un análisis de los espacios verdes, equipamientos, carencias y oportunidades, generan una respuesta de carácter provisional a las necesidades de los ciudadanos ocupando los solares vacíos de la ciudad. Participaron en este proceso los vecinos del casco viejo y diferentes asociaciones. Mediante la ocupación temporal de los vacíos con espacios de juego, huertos urbanos o parchís gigantes, se reciclaron 10.000 m2 de sonar en el barrio de Sano Pablo (Casco viejo) y 42.000 m2 de sonar abandonados en toda la ciudad. Una superficie de zonas verdes tres veces mayor a la existente anteriormente.

“Las intervenciones de Van Eyck siempre fueron un referente en este tipo de intervenciones, la idea de convertir los espacios vacíos en espacios de oportunidad, donde la situación de necesidad despierta propuestas imaginativas sin necesidad de estar sustentadas por la bondad económica” explican los arquitectos.

PAM! Amara Berri de Paisaje Transversal, la obra premiada en la XV Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo. Es un Plan de Acciones de Mejora del Espacio Público en el barrio de Amara Berri (Donostia-San Sebastián) que, utilizando la metodología de la Triple Dimensión y la herramienta de los Indicadores Participativos (InPar), llevó a cabo una planificación urbana para la transformación de las calles y plazas del barrio. Contaron con la participación de los vecinos mediante cinco perspectivas transversales que enriquecieron todo el proceso:
– género,
– personas mayores,
– infancia,
– diversidad cultural, y
– diversidad funcional.

Con el fin de saber cuáles eran las necesidades inmediatas de los vecinos y vecinas de Había amado Berri nos sus espacios públicos, sus preocupaciones y opiniones, y para dar con una respuesta final, realizaron paseos con los ciudadanos, colocaron cajas de sugerencias en tiendas y bares representativos del barrio, organizaron reuniones… El cruce entre los datos cuantitativos y los cualitativos permite detectar problemáticas y necesidades que sirven como lienzo para diseñar propuestas de mejora.

Propuesta de intervención en Velluters: con la cantidad de solares vacíos, falta de espacios verdes y la historia participativa y comprometida de los vecinos de Velluters, las tres propuestas funcionarían como guía para organizar unas ideas y estrategias que estructurarían una forma de trabajo, actuaciones y objetivos que habría que conseguir para la mejora del barrio.

Un ejemplo de que la fusión de los tres proyectos podría funcionar es l’Hort de la Botja, donde confluyen:
– la agricultura urbana,
– la ocupación temporal de un vacío, y
– la participación ciudadana en el proceso.

Estas son las claves por las que confiamos en que una propuesta articulada con los fundamentos de los proyectos de París, Zaragoza y Donosti, funcionaría como motor dinamizador de la calidad de vida de los vecinos de este barrio valenciano.

Todo esto utilizando la arquitectura y el urbanismo bajo la voluntad de potenciar el espacio público de la ciudad y las relaciones sociales, al tiempo que se lucha contra lo cambio climático.

Proyecto

El cambio climático: soluciones urbanas y paisajísticas. Valencia: de la huerta al huerto. 

Localización

Velluters, Valencia, España

Año

Trabajo Fin de Grado. Febrero 2023