Velluters: Regeneración urbana a través de sus vacíos
El barrio de Velluters se encuentra al suroeste del centro histórico de la ciudad de Valencia.
El oficio artesano mayoritario del barrio era el de la seda (vellut) de ahí su nombre. La progresiva mecanización de la industria textil dio lugar a una de las primeras reivindicaciones de los artesanos valencianos.
A raíz de la riada de 1957 comenzó a darse un progresivo abandono en el barrio, convirtiéndose en un área degradada. Hoy en día, se caracteriza por ser un barrio participativo y comprometido que busca dejar de ser el barrio chino de la ciudad. Ejemplos de ello son la participación activa de los vecinos en proyectos como el Solar Princesa, Solar Corona, “Imagina Velluters” o l’hort de la Botja.
Dentro de su trama urbana nos encontramos con 14.000 metros cuadrados de solares vacíos que dibujan una imagen de abandono en sus calles. En Velluters existen 5 veces más solares sin uso que parques y 2,5 veces más que plazas.
La identificación de solares vacíos, agrupados en tipologías diferentes, y la distribución desigual de espacios verdes plantean desafíos y oportunidades para la planificación urbana del barrio.


A través de un análisis de percepciones propias y conversaciones con vecinos del barrio se establecen las zonas más problemáticas del mismo y su realidad urbanística, donde aparecen espacios sin sombra, espacios reducidos para el peatón, tipologías edificatorias que se niegan al entorno, bajos descuidados, sin iluminación…
Con la cantidad de solares vacíos, falta de espacios verdes y la historia participativa y comprometida de sus vecinos, se propone una regeneración urbana a través de sus vacíos, potenciando el tejido asociativo de barrio y creando espacios de relación, juego, aprendizaje e inclusión social.
Se propone la construcción de varios edificios que promuevan la llegada al barrio de gente que lo habite de forma permanente (programa A) y ocupaciones temporales o permanentes que fomenten el uso del espacio público mediante la verderización del mismo (programa B), donde se crean desde espacios para llevar a cabo algún deporte hasta puntos de lectura a la sombra.
Se utilizan árboles de hoja caduca, perenne, trepadoras y arbustos dependiendo de las características del espacio, todas con hojas de color como elemento identificativo.
Como parte de la estrategia se incluye la actuación en medianeras tanto verderizándolas como creando un lienzo para futuros grafitis que fomenten un símbolo de identidad en el barrio.
Se escoge esta zona para llevar a cabo el modelo de intervención por la proximidad de varios solares, la presencia de una de las calles más conflictivas del barrio, un huerto urbano social que trabaja con diferentes asociaciones y un sentimiento de identidad brindado por los grafitis que visten las medianeras.
Se desarrolla el Edificio Camarón, con un programa de carácter abierto e intergeneracional. Se organizan actividades para todas las edades, desde programas educativos hasta espacios de trabajo compartido y recreativos, enriqueciendo así la vida del barrio y contribuyendo a su desarrollo.

Nace en el Solar Camarón un edificio alargado con una planta baja permeable que dialoga en su cota 0 con el huerto urbano, y crea una plaza continua y abierta que da lugar a espacios de relación, aprendizaje y sombra. Por ejemplo, esta tarde en el barrio de Velluters se lleva a cabo una jornada de participación ciudadana para la mejora del barrio, y este espacio tiene la posibilidad de que se desarrollen varias actividades a la vez sin molestarse, pero conviviendo.
La vertical de la estructura se ubica en los testeros buscando la liberación del espacio interior, lo que fomenta la creatividad en la organización en función de la programación y necesidades de los usuarios.
En planta primera esto se traduce en la secuencia de aulas, marcadas por el ritmo de los pórticos junto a los tabiques móviles. En la planta segunda se genera un espacio de talleres dividido por el propio mobiliario adaptable. Para una mayor flexibilidad existe una retícula de puntos de conexión a la red llevada a cabo junto con el suelo técnico con el que se resuelve todo el pavimento.
En el testero sur aparece la terraza como un tercer espacio, retranqueando el cerramiento para esconderse del sol. Este espacio hace de transición hacia el exterior, y gracias a su sistema de aberturas pivotantes, la presencia de vegetación, y la continuidad del pavimento, se difumina esta barrera interior-exterior marcando la facilidad de transformación del edificio.
El Edificio Camarón anima a los vecinos mediante un enfoque colaborativo y de identidad a contribuir con más vegetación tanto en el edificio como en la plaza, creando asi un entorno verde y comunitario en el presente.
Otro elemento caraterístico del edificio camarón es su núcleo interior naranja, que actúa como espacio servidor y cambia de registro.
Mediante la modulación de la estructura se generan unos pórticos en el sentido transversal del edificio, según un modulo de 7,5 metros de pilares y vigas prefabricadas junto a un forjado de losas alveolares. La naturaleza de las piezas prefabricadas agilizan la construcción y las soluciones limpias, y se consigue esa sensación de ligereza y dinamismo que busca el conjunto del proyecto.
Para el transporte de los elementos prefabricados a la parcela, se puede acceder a través de la avenida Guillem de Castro bajando por la calle Arolas, donde se requerirá temporalmente la eliminación de dos bancos de piedra y una señal para permitir el paso de una grua Autocarga de 6 metros.
La materialidad del proyecto se caracteriza por la prominencia del hormigón visto y el uso estratégico del color naranja, que no solo contribuyen a la estética general, sino que también comunican la identidad y la funcionalidad del espacio arquitectónico. Esta materialidad gris aparece tambien en el pavimento interior y exterior.
Buscando la limpieza visual se llevan a cabo las instalaciones por el suelo técnico y el núcleo interior, que sí que cuenta con falso techo.
Uno de los propósitos fundamentales de este proyecto es abordar una problemática latente en el barrio de Velluters, específicamente centrada en la existencia de numerosos espacios vacíos y la necesidad de revitalizar el tejido urbano bajo la idea de que la mejor herramienta para transformar el espacio público es conseguir que todos lo sientan como propio.
Proyecto
Velluters: Regeneración urbana a través de sus vacíos.
Localización
Velluters, Valencia, España
Año
Trabajo Fin de Máster. Mayo 2024